LAS BODAS DE CANÁ DE VERONES


тιтυℓσ: las bodas de Caná

αυтσя: Veronés

éρσ¢α: renacimiento

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A partir del bautismo inició Jesús su predicación entre la gente, consiguiendo bastantes adeptos a su nueva doctrina. Poco a poco se fueron concentrando en torno a él doce de estos primeros discípulos que fueron sus APÓSTOLES y que le acompañaron ya para siempre en su vida pública.
De esta vida pública y predicación vamos a presentarte solo algunos momentos, a través de algunos cuadros del museo. ¿Me acompañas?

“Las bodas de Caná” se encuentran expuestas en la sala 8 A del museo del prado.
El milagro de las bodas de Caná fue uno de los prodigios que obró Jesús. Nos lo relata el evangelista san Juan: se trataba de una boda que se celebraba en el lugar de Caná, en Galilea, a la que habían sido invitados Maria y Jesús con sus discípulos. Como llegado en determinado momento se acabó el vino en la fiesta la virgen que lo había observado llamo la atención de su hijo al respecto. Cristo le contesto diciéndole que aún no era llegada su hora, es decir, el momento oportuno para empezar a mostrase como quien era. Pero de todos modos ordenó que se llenaran de agua 6 grandes tinajas de piedra y que después se llevara de esa supuesta agua al encargado de la fiesta. Gran asombro produjo el que aquella agua se hubiera convertido en vino, e incluso el hecho de que fuera ahí de mejor calidad que el que había consumido; lo normal venía siendo emplear el mejor vino al principio de un banquete.
En el cuadro de Veronés apenas se destaca como Sagradas las figuras de Jesús y María, de tal modo que nos podrían pasar desapercibidos si no fuera porque los otros invitados a la ceremonia debieron ser retratos de personajes venecianos del momento en el que Veronés pinta, vestidos además a la usanza y moda venecianas.


TEXTO BÍBLICO:

“ Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. 2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”. (Juan 2,1-11).